¡Qué cosas tiene mi novio! Ahora resulta que el que toda la vida la gente ha considerado como «director de la banda municipal de música» ni es director, ni hay banda municipal; es «encargado» y hay banda de una asociación, pero no municipal
Si hay una cosa que me ha «obligado» a resucitar Lorca Digital es la desinformación, cada día más escandalosa, a la que nos intentan someter los de siempre; los que quieren morir en su cama, como San Francisco Franco quien, como ya he escrito alguna vez, fue elevado a los altares por la Santa Iglesia del Palmar de Troya, iglesia que ha resultado más seria que la actual del pampero Pancho, de soltera, Jorge.
Todos se quieren parecer a San Francisco pero todos dicen renegar de Él. De Su Excelencia. Del Caudillo. Del ganador de la Santa Cruzada. Cierro el modo ironía, no sea que me apliquen la Ley de Memoria… de Memoria…. Se me ha olvidado.
Resulta que Antonio Manzanera, ex concejal comunista y funcionario nivel A2 por la Gracia de Dios y de una «oposición» para la que solamente él cumplía los requisitos -porque no hay músico mejor preparado que él-, ha tenido a bien estar dirigiendo a quienes todo el mundo creía que eran los músicos de la Banda Municipal de Música de Lorca. Pues no. Antonio Manzanera es un pobre servidor público que toda la vida ha estado comiendo mierda. No lo digo yo. Lo dice él. Lo he oído con estas orejicas. «Tragando mierda». Y lo repite.
El que come mierda, ¿qué es? Digo yo que será un comemierda. No le arriendo las ganancias. Hay una enfermedad, aparte del narcisismo y de otras, que se llama «coprofagia», que el Santo Diccionario de la RAE define de la siguiente forma et manera: «f. Ingesta de las propias heces». No sé si será el caso del personaje, porque en el contexto de lo escuchado por mí se podría deducir que come la mierda de otros, de ahí que es posible que la denuncia que ha presentado el ínclito «encargado de la banda» contra varios miembros y ex miembros que sufren y han sufrido su batuta sea por eso, porque alguno, al parecer, lo ha llamado coprófago; y se ha mosqueado. Lo de mosquearse es normal si tantísima mierda afirma haber tragado. Ya sabemos que la miel las atrae… No invento nada. Me limito a trascribir lo dicho por él. Si alguien quiere que publique el audio, no tengo problema, evidentemente.
La prórroga
Santi Parra, concejal de la cosa cultural, le ha concedido recientemente una prórroga de un año en su contrato municipal, como funcionario nivel A2, que deja más pensión que el nivel C que ha tenido toda la vida como músico de tercera, hasta que barruntó que había que jubilarse algún día no muy lejano con la máxima, o casi. De eso hablaré en otra ocasión. Y de las denuncias, también, aunque sería un detalle que sean los propios denunciados quienes lo escriban. Invitados quedan.
Quería dedicar esta mi primera Morada a un asunto que, estando por medio el Manzanera, es lógico que huela a mierda, como es la irregular e ilegal situación de esos simpáticos músicos a los que todos vemos en verbenas, procesiones y saraos. Porque ahora no son músicos, sino becarios, sin contrato, sin cotización a la Seguridad Social, sin derechos, todo ello promovido y amparado por quien ahora dice ser «encargado» de una banda que no es municipal, sino de una extraña asociación denominada «Taller de música» (Sociedad Limitada) a la que el Ayuntamiento financia al 100% sin exigir que las condiciones laborales de los músicos se rijan por lo dispuesto en las leyes laborales del Reino de España, y así durante casi cuarenta años, momento en el que parece que alguien se ha caído del guindo y ha dicho que «esto habrá que solucionarlo».
Pues no hace falta «solucionarlo»; ya se «solucionó» hace años en un Pleno donde, POR UNANIMIDAD, se ordenó su solución. Era concejal, ponente y proponente el entonces concejal Antonio Meca y García. Y ahora, me dicen, que dice el que tánta mierda ha comido, cumplidos los cuarenta, ha dicho abercoque. No sé si habrá mucha gente ya que sepa qué estoy diciendo con esa expresión. El caso es que dice haberse caído del guindo, pero el marronazo ahí sigue. Y seguirá. La zorra cuidando del gallinero. Y comiendo mierda.
Lo que todavía no me entra en la cabecica es que los becarios hayan estado tragando la mierda sobrante del «director» sin abrir la boca. A lo mejor es que si la abren se la tragan entera. Cosas de comunistas.
¿Me tocará denuncia?
Con cariño. Tu nene.
Paco.