Me va a permitir el lector que rescate un artículo que publiqué en la primera etapa de Lorca Digital, allá por el año 2012
Ya, ya sé que no es de recibo autocitarse, pero es que hay veces que no hay más remedio que saltarse la norma. Ciertos artículos, por muy antiguos que parezcan, no dejan de tener actualidad. Donde aparecen aquellos concejales, hoy habría que poner los nombres de los actuales y nadie se enteraría de que tiene 12 años. Decía tal que así:
«Lo de la Escuela y Banda “municipal” de Música sería de juzgado de guardia si viviésemos en un estado de Derecho, y no del Torcío, como el que sufrimos en Lorca. Lo digo porque en ningún municipio de los alrededores de Lorca, ni de los alrededores más alrededores, se entiende que un Ayuntamiento democrático no haya convocado concurso público de adjudicación de una Banda de Música que haga las veces de “municipal”. Que en la dictadura de Gallego-Navarro-Collado no se haya convocado JAMÁS, no es de extrañar. Lo llevan en los genes. Pero que en los ya casi cinco años de desgobierno del Quijales tampoco lo hayan hecho…
Se dice, se comenta, se rumorea, que el actual funcionario-autocoordinador de la Banda y Escuela, y exconcejal comunista, Antonio Manzanera, es conocedor de ciertos “detalles” que harían imposible esa convocatoria. ¿Que quién es el beneficiario de que se actúe así? Sin lugar a dudas, el propio Manzanera. Muy graves serían esos “detalles” que él callaría como una puta a cambio de mantener su estatus… Y en estos últimos cinco años tampoco se ha hecho…
A Sandra Martínez, hasta el momento mi nueva concejala favorita, salvo que recule en su decisión del recorte del 34% en los dineros nuestros que se regalan a la banda y escuela musicales, parece que se vio anoche algo indecisa sobre la decisión final. Nunca una concejala de Cultura tuvo en sus manos los atributos ¿viriles? del tal Manzanera como ahora ocurre. Sandra Martínez debe ser buena conocedora del ínclito puesto que ambos son vecinos de la pedanía de Purias. De ceder ahora a las exigencias de quien aún ostenta el máximo poder en la música lorquina, habría no sólo desaprovechado una oportunidad única sino que habría contribuido con su actitud a eternizar un problema enquistado y fosilizado procedente del “Antiguo Régimen”.
Nunca como ahora existirá la oportunidad de convocar el concurso público que nunca se convocó para que otras gentes, otros gestores, demuestren que incluso con el recorte del 34% del presupuesto se consigue mantener las mismas «becas», a los mismos «becados» (y quizás algunos más), por supuesto, la calidad musical, que hoy parece ligeramente más baja de lo que sería deseable… Y es que no se puede estar en misa y repicando, que es lo que le ocurre al funcionario de sí mismo.
Poco, o nada, tienen que temer los músicos de la actual banda respecto a sus “puestos de trabajo” o sus “emolumentos”. Todo lo contrario. Que se contaría con ellos para la formación de la “nueva” banda no puede extrañar a nadie. Primero por veteranía; segundo porque a ver de dónde se sacan otros músicos, porque de la Escuela pocos eligen instrumentos de los que se tocan en la Banda. Tendrán que explicarnos los anteriores responsables de Cultura por qué han consentido la sangría que habría supuesto que la Banda sea gestionada por una sola asociación sin dar opción a nadie más a demostrar su valía, su talento y su buen -o mal- hacer. Por qué no una convocatoria, en sobre cerrado, para que cualquiera con un mínimo de garantías pueda hacerse cargo de la Banda, y también de la Escuela, no necesariamente unidas.
También nos tendrán que explicar por qué a pesar de estar obligados a presentar las cuentas anuales de la asociación de la que depende la Banda, JAMÁS las han aportado para su aprobación, si procede, y así poder optar a renovar el convenio. Igual es que no procede…
La cacicada de Caridad Marín y Mercedes Ruiz
En tiempos de Antonio Vidal, Antonio Manzanera consiguió una plaza de interino en el Conservatorio de Murcia, plaza que no se le renovó, por lo que tuvo que volver a Lorca. Encontrose el “maestro” Manzanera con un tal Antonio Meca dirigiendo la Banda -¡”Su” Banda de sus entretelas!-. Eso era algo que Manzanera no podía consentir. Escasos meses fuera de Lorca y ya le habían removido el sillón, ¡cómo era posible! Ni que decir tiene que acabado el contrato de Antonio Meca, en el verano del 93, vuelve a “su” puesto de director Antonio Manzanera. En 1999, siendo concejala de kurtura Mercedes Ruiz “La Pajela”, se convoca concurso para la gestión de la Escuela Municipal de Música. Deprisa y corriendo, Antonio Manzanera, crea una asociación que se presenta a dicha convocatoria, pero la empresa de Antonio Meca gana por goleada. Sin embargo… Por cosas de la vida, al ganador del concurso le impone el Ayuntamiento quién tiene que ser el director de la Escuela… ¿Pero no habíamos quedado en que había ganado la gestión una empresa y que no había más condicionantes? ¿Por qué entra en la gestión el Ayuntamiento? ¿Adivina alguien quién fue impuesto como director? Pues sí: Antonio Manzanera, el ubicuo Antonio Manzanera… Dirigióse, no obstante, el tal Manzanera a la concejala de la cosa kurtural: «compañera, camarada, esto hay que arreglarlo como sea. Hay que echar a ese tío YA».
Y pergeñó: puesto que la que había ganado el concurso público era una empresa mercantil, en la siguiente convocatoria (y hasta ahora) se vetaba el acceso a las empresas mercantiles, dejando únicamente a asociaciones de lucro sin fin… perdón, sin fin de lucro, presentarse al “concurso”. Y si se hacía un “concurso” con unos condicionantes que impidieran presentarse otras asociaciones que no sean la que hoy gestiona la Banda, mejor que mejor. Jugada redonda.
La Escuela Municipal de Música partió como cantera de músicos que con el tiempo pasaran a formar parte de la Banda Municipal -o de la que hiciera las veces de ella-. Ahí se impartían clases de los instrumentos que tras su paso podrían usar en la Banda: clarinete, trompa, percusión, oboe… Así fue durante más de 60 años, hasta que llegó Caridad Marín… Asesorada por Antonio Manzanera, amplió a piano y guitarra, los instrumentos que, desde su fundación, no formaban parte de la enseñanza de la Escuela, dirigida, únicamente, a formar músicos de la Banda. Con ello lo único que consiguió fueron dos cosas: que una gran mayoría de alumnos se decida por instrumentos que nada tienen que ver con la Banda, y por otra hacerle la competencia desleal a las academias privadas que en Lorca existían y existen. ¿Quién va a ir a una academia privada a aprender piano si en la municipal le dan las clases gratis, o casi? Intentaré no ser mal pensado y no creer que esto último se hiciese a conciencia.
Y todo gracias a la ¿ignorancia? de unas concejalas de kurtura que ha pasado sin pena ni gloria. ¿Alguien recuerda a esas buenas señoras? Yo tampoco. Lo peor es que de aquellos polvos vienen estos lodos.
A la que sí voy a recordar, sobre todo si hace lo que hay que hacer, es a Sandra Martínez, la única que hasta la fecha le ha echado lo que hay que echar. Con sandra, quien esto escribe, y muchísimos músicos hartos del caciquismo y de la dictadura musical. La regeneración, si viene como consecuencia de la “crisis económica”… ¡Bendita crisis! ¡Bendita Sandra!
Ahora, a gobernar y a no dejarse mangonear, mucho menos por alguien que ha demostrado durante 30 años que a él eso de la alternancia le suena a chino, pero a chino de los de Lorca; de los de peste-olor-música-tambor…
FRANCISCO J ÁLVAREZ-FAJARDO