El Domingo de Ramos, con el Pueblo Hebreo, principia la Semana Santa, propiamente dicha, que culminará con la procesión del Señor Resucitado por las calles del casco derruido de Lorca
Con los prolegómenos acostumbrados de conciertos de los Moraos, copias de los conciertos de los Moraos, misas varias, serenatas, cucús y desfiles de lo que antaño fueron las «viuditas del Vietnam», para ir abriendo boca, comienzan los Desfiles Bíblico-Pasionales de Lorca.
Ayer, el blanquerío mostraba Orbi et Orbe, con grande orgullo, la nueva mini bandera bordada, como no, en oro, sedas y puntadas amorosas y angelicales de las bordadoras lorquinas, casi siempre anónimas. Las pobres no tienen la culpa de haber perpetrado semejante banderín. Bastante tienen con soportar a los «directores artísticos» resoplando en sus nucas, con sus rotuladores de colores, «retocando» esa puntada que ordenan de un color y sospechan que no es el que ellos sueñan.
Hoy, según me dicen, homenaje a unos picoletos que se desplazan a Lorca desde Valdemoro, estos últimos años, para ocupar el espacio que antes rellenaba la banda de música, tras el éxito cosechado por el blanquerío con la llegada a la ciudad, años ha, de los legionarios de Viator para escoltar al «Cristo del Rescate», que nadie me ha sabido explicar qué rescata. Igual lo explico algún día.
Lo de los picoletos tiene su explicación, porque tampoco sabe la peña qué pintan las criaturas en Lorca. ¿Por qué Valdemoro? Porque ahí estaba destinado, cuando aquéllo se impuso en el azulerío, como «novedad», el marido de una azulona, de nombre Josefa, que mañana desfilará, D.M., entre el popurrí de «viuditas». Esas que, en palabras de «maríajoséfotógrafo», «se mancharán los bajos con el polvo de la carrera», o algo así. Perdóneme el sufrido lector si no recuerdo con exactitud la frase. Igual ha dicho -o quería decir- lo de las togas y el barro del amigo Cándido, que en Lorca está muy de moda en ciertos juzgados de primera instancia e instrucción. Y en la fiscalía. «MaríaJoséFotógrafo» es la autora impuesta hogaño por el consistorio lorquino para perpetrar el horrendo cartel de Semana Santa que los yanquis han censurado en redes sociales por «violento». Realmente, pura «violencia» para la vista. Y lo del polvo y las viudas… Aunque sea una vez al año, que se den un «homenaje», que supongo tendrán derecho. Eso sí, antes una duchica, que hay cada una…
Esta noche, el cucú, a las doce en punto, hora de las brujas, en la capilla del hospital de Beneficiencia, la que el azulerío y despistados varios llaman pomposamente «Iglesia de San Francisco». Y mañana, como decía, las viuditas, en el día «grande» del azulerío, que como con eso no se conforman, vuelven a sacar, por tercera vez a «la bienpagá»: la desempolvan esta noche ante los enfervorizados y etílicos azules, la vuelven a pasear mañana y, finalmente, el Viernes Santo, día grande del blanquerío y principal procesión, desfile, carnaval, película, o como se llame «eso» en lo que se están convirtiendo los antaño magníficos Desfiles Bíblico-Pasionales de Lorca.
En el afoto, los cuatro jinetes de la pocaleche, pa quien no los conozca.
Y, nah más.
FRANCISCO J. ÁLVAREZ-FAJARDO, Morao
Falange denuncia los insultos, intimidaciones y agresiones contra los ensayos de las procesiones de Semana Santa en Lorca.
Durante los días previos a la Semana Santa lorquina es habitual que se realicen por parte de los pasos ensayos de las procesiones que recorrerán las calles de la ciudad en su fiesta más tradicional, más importante y más distintiva. Sin embargo es cada vez más frecuente, se ha repetido en varias ocasiones en las últimas semanas, que ciudadanos que viven en Lorca como mínimo en calidad de invitados, expresen de forma violenta su rechazo a las costumbres, tradiciones y Fe de la tierra en la que han sido acogidos, prodigándose en insultos, amenazas, y en ocasiones agresiones físicas contra los cofrades. Estas personas, cuya religión y cultura se muestran irreconciliables con las de la población de Lorca, se comportan no como acogidos en una tierra ajena, sino como conquistadores que quieren imponer sus costumbres e impedir a los lorquinos vivir conforme a las suyas.
Esta situación no nos sorprende, dado que, como ya ha denunciado La Falange en Lorca, cada vez son más los extranjeros de cultura hostil a la nuestra que viven en el municipio; porque ni las administraciones ni los fuerzas del orden público hacen nada por defender ni a los lorquinos ni sus tradiciones ni su identidad, y porque tanto partidos políticos como medios de comunicación se dedican a blanquear a estas personas y a ocultar los graves problemas de orden público y social que provocan.
Los falangistas no confiamos en que las fuerzas de orden público, que en nuestra democracia están al servicio de los partidos políticos y en contra del pueblo español, como ya han demostrado en múltiples ocasiones, vayan a tomar ninguna medida para proteger el normal desarrollo de los ensayos y las procesiones, pero no dejaremos de exigirles que garanticen a los cofrades y los pasos el pacífico y normal desarrollo de sus tradicionales procesiones.
Lorca, a 21 de marzo de 2024