Mr. Trampolín Hills, conocido también como Diego José Mateos, afirma: “el propósito de la convocatoria extraordinaria es indagar en todos los aspectos relacionados con dicha demolición. Según lo que sabemos, parece que la obra carece de los estudios, informes y autorizaciones necesarios para respaldar la lamentable decisión de suprimir y demoler la mencionada escalinata”
El exalcalde rojo, Diego José Mateos, ha denunciado hoy la «nefasta decisión» del actual Alcalde de demoler y destruir la escalinata de la antigua Colegiata de San Patricio. Mateos ha querido expresar el completo desacuerdo del Partido Sanchista lorquino ante la inminente eliminación de «tan emblemáticas escaleras» que forman parte de uno de los mayores monumentos que forman el Casco Histórico de Lorca.
Las «emblemáticas escaleras», Trampolín, eran un atentado a la historia y al buen gusto, y yo, que me he criado a 20 metros de ellas y que fui testigo de su «asesinato» en 1971, me alegro enormemente de que, por fin, desaparezcan. La única función que tenían, además de rayar y rallar los bajos de los coches, era para que de uvas a peras se hiciera la foto de rigor la No banda de música, recientemente fenecida. Y para nada más. Un pastiche impropio; tan impropio como la escaleras por las que, in illo tempore, se accedía a la puerta lateral sur, la que daba a la plaza de Afuera o Mayor, y que fueron demolidas y sustituidas por el actual carrerón.
Las escaleras fueron construidas en el año 1751 aunque han sufrido diversas modificaciones a lo largo de los años, siendo su última modificación en el año 1996. Se constata, por lo tanto, que las escaleras son parte esencial del patrimonio del Casco Histórico de nuestra ciudad, siendo su demolición un gravísimo error por parte del Gobierno de Fulgencio Gil.
Fueron en su día, Trampolín, fueron. Y lo fueron, sobre todo, para que el Corregidor no tuviera que subir la cuesta, entonces polvorienta o embarrizada, porque fue un simple capricho de aquel Corregidor.
Lo que no critica Mr. Trampolín, y nunca lo ha hecho, fue el crimen perpetrado contra el propio edificio del Ayuntamiento. No hay más que entrar para darse cuenta del atentado que supuso y que supone tener una pareta «de época», con balcon a la plaza y el resto hecho por Tiburcio, o por quien lo hiciera, que lo mismo me da. Una mierda de considerables proporciones.
Tampoco critica haber destruido el palacio de los Alburquerque, la única casa señorial que quedaba en Lorca habitada; un palacio que tuve la ocasión de admirar con su antiguo propietario, hoy fallecido, don Jesús Castellar, a quien ninguno de sus hijos y nietos se parece. Un Señor. Ahora, sería, junto al palacio de Guevara y a los restos de la casa de los Guevara, el orgullo de Lorca, Y es la vergüenza. La de quien lo ordenó y la de quien lo ejecutó.
Mateos iniciaba su declaración asegurando, “el equipo de Gobierno de Fulgencio Gil ha decidido eliminar las escaleras que daban acceso a la entrada principal de la Antigua Colegiata de San Patricio, de forma incomprensible y entendemos, que saltándose todos los trámites legales”. Y dale…
“Desde el PSOE de Lorca, ante los hechos ocurridos y considerando lo previsto en el artículo 134 del Real Decreto 2568/1986 por el que se aprueba el Reglamento de Organización y Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Entidades Locales, vamos a forzar la celebración de una Comisión extraordinaria y urgente, contando con las firmas de todos los concejales que formamos el Grupo Municipal Socialista, así como con el portavoz de IU-AV-Podemos”, anunciaba Mr. Trampolín.
El «portavoz» es el ÚNICO concejal de los dos comunistas que calentaban sillón en la legislatura pasada. Esperemos que en la siguiente no quede ya ninguno. Es portavoz y todo lo demás, menos limpiadora, que para eso tiene a Limusa a su disposición. ¿Sigue su madre cobrando por «alquilarle» un chambao a Lumusa? Son cosas que se me vienen a la cabeza. También se me viene el nombre de Begoña y no sé por qué.
Mateos Molina explicaba, “el propósito de la convocatoria extraordinaria es indagar en todos los aspectos relacionados con dicha demolición. Según lo que sabemos, parece que la obra carece de los estudios, informes y autorizaciones necesarios para respaldar la lamentable decisión de suprimir y demoler la mencionada escalinata”. Eso, tú sigue, Trampolín, sigue…
Diego José Mateos, continuaba, “es importante señalar que este entorno está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC). Por lo tanto, cualquier intervención en un entorno BIC debe ser presentada ante la Dirección General de Patrimonio Cultural y, en su defecto, obtener su aprobación antes de iniciar la obra. Así mismo, es obligatoria la supervisión por parte de profesionales especializados como un arqueólogo y un restaurador para dicha demolición, y por lo que podemos constatar, dicha supervisión no se ha llevado a cabo”.
No. Es que en esa direción general han dicho que ellos se lavan las manos, ¿o no te lo había dicho Jerónimo, o su portavoz, el tío Pencho?
“Si de dicha investigación, se derivará (sic) o se pudiera intuir algún tipo de infracción penal que esté relacionada con el posible daño a las escaleras originales y que afecte al patrimonio histórico artístico de bienes protegidos, no dudaremos, en acudir a la justicia”, «sentenciaba» el portavozo sanchista.
¡Pero haber ido ya, tío pavo! Venga, ¡con dos cojones! Haz como Antonio Meca y prepárate a recibir hostias como panes. ¡Ah!, que no…
“Además, reiteramos la petición que hicimos hace dos días de una inminente paralización de la obra, a la cual, han hecho caso omiso desde el gobierno popular. Pedimos encarecidamente, la suspensión de las obras hasta que no se aclaren las circunstancias anteriormente mencionadas. Asimismo, sumamos la petición de conservar todos los materiales de sillería eliminados durante estos días, de manera preventiva, por si hubiera que reconstruir dicha escalera o reutilizarlos en otra actuación”, añadía Mateos.
Pero… A ver si nos aclaramos, Trampolín, que debajo de la escalera había algún que otro escombro (que yo recuerde), algún que otro sillar viejo hecho piazos (que lo vide yo mesmo con estos ojicos) y por encima unas losas de piedra como las que hay en mi casa. Las mismas. Año 1971. Las que pusieran en el 96, ni puta idea porque ya había traspasado la paretas de San Diego y no estaba por la zona. Ni me interesaba, porque los escalones que recuerdo de mi infancia, que eran redondeados y oscuros son los mismos que aparecen en la foto del informe de Patrimonio del año 30. Y JAMÁS creo que haya traspasado la puerta que cierra esas escaleras. Jamás. La de arriba, sí. Muchas. Tú no.
El portavozo sanchista, finalizaba asegurando, “seguiremos a la espera de la confirmación de los informes oficiales de los técnicos de cultura, de la Comunidad autónoma de Murcia, que son los competentes, y vamos a estar vigilantes para investigarlo minuciosamente y asegurarnos de que se tomen las medidas adecuadas para proteger nuestro patrimonio histórico y cultural”.
Vigila, vigila, y espera, que estamos apañaos. Todavía no te he oído condenar al Mula, aquel hijo de puta que le pegó fuego en agosto de 1936 hasta a la tinaja del agua (bendita), incluyendo la que tú llamas «colegiata». Venga, con un par. Es muy fácil: «Condeno enérgicamente al Mula». Hasta con eso, me vale. Venga, valiente. Historiador.
Y, por todo ello: ¡ISIDRO DIMISIÓN!