Rescato este «viejo» artículo publicado en la Revista Tontolín el 23 de marzo de 2023 por su interés y actualidad
«El desempeño de un puesto de trabajo por el personal incluido en el ámbito de aplicación de esta Ley será incompatible con el ejercicio de cualquier cargo, profesión o actividad, público o privado, que pueda impedir o menoscabar el estricto cumplimiento de sus deberes o comprometer su imparcialidad o independencia» (artículo 1º de la Ley 53/1984, de 26 de diciembre, de Incompatibilidades del personal al servicio de las Administraciones Públicas.
¿Quién es Antonio Manzanera López? Eso mismo se preguntará el grueso del lector de Tontolín, porque Manzanera es un viejo comunista de salón, un comunista-caviar, que vive en un chalé que el 99% de los lorquinos que en su día le votaron como concejal, como «representante del pueblo de Lorca», no puede siquiera soñar en poseer ni aunque viviera siete vidas.
Antonio Manzanera ordenó la construcción de un chalé en Purias, en la zona denominada popularmente como «El Tontódromo», al pie de la sierra de la Almenara, junto al palacete de otro exconcejal: Andrés Martínez Cachá.
Además de concejal comunista, Antonio Manzanera López es funcionario del Ayuntamiento de Lorca, técnico único en música de la Concejalía de Cultura, recientemente «ascendido» del nivel C al nivel A, al máximo posible en el funcionariado, en una «oposiciones» internas, restringidas, donde el único aspirante era él, porque según el pliego de condiciones no podía aspirar nadie más que él. Tan solo faltaba poner su nombre, apellidos y DNI y evitar el gasto de crear un tribunal que lo «examinara».
Creo que a ningún funcionario del Ayuntamiento de Lorca se le escapa que la promoción interna es algo así como la búsqueda del unicornio o la del general Armada en La Zarzuela el 23-F: ni están ni se les espera… Salvo la de Antonio Manzanera, y no una, sino dos veces. A la segunda fue la vencida (de momento). Un músico de tercera elevado a las mieles (y al sueldo) de, prácticamente, el del Secretario General del consistorio.
No hablo de oídas. Fui yo mismo el que, en primera instancia, presenté una alegación ante semejante despropósito. El puesto que se pretendía ofertar a Manzanera había caducado y, por tanto, no podía ocuparlo ni Manzanera ni Manzanero. Alegué otra serie de cosas que no vienen al caso, como la NO necesidad de la existencia de dicho cargo funcionarial sin más motivación que el aumento de sueldo de alguien que, a mi entender y al de muchos más, no merecía. Y así era, y así lo tuvo que reconocer el propio Ayuntamiento de Lorca. Antonio Meca, en su condición de concejal de Ciudadanos, había presentado, previamente, una alegación en el mismo sentido. Pero no es éste el motivo del presente artículo.
Antonio Manzanera, en palabras de la página web oficial del ayuntamiento: Nace en lorca e inicia sus estudios musicales en la Academia Municipal de Música, bajo la influencia de su padre D. Antonio Manzanera Lacal, clarinete principal durante muchos años. Su primera clase la recibió de D. José Mateos Lorente – Heredia, recibiendo más tardeclases (sic) de D. Rodrigo García Abenza y D. Rafael Rosell Cebrián. Fue a la muerte de D. Rafael Rosell cuando, y en segunda instancia, recibe la oferta de dirigir de forma interina la entonces Banda Municipal de Música. Eran los albores del año 1984. En primera instancia recibió la oferta otro de los músicos de aquella banda, que no aceptó, allanando el camino que nunca más abandonó Manzanera.
Ocupaba entonces el cargo de concejal delegado de Cultura (Patronato Municipal de Cultura y Deportes) mi pariente Andrés Meca Soto, que vive… Digo que vive, porque puede confirmar lo dicho por este escribidor, aunque todos sabemos la diferencia entre querer y poder. Lo aprendimos en Barrio Sésamo, ¿te acuerdas, Andrés? También aprendimos otras cosas que a muchos se les han olvidado. Era otra época. Eran otros valores. Y el sobrero, Antonio Manzanera, se hizo cargo «interinamente» de la «dirección» de la, entonces sí, Banda Municipal de Música de Lorca, con el título de «director-encargado» [hoy sabemos que el «título» es «encargado accidental»], entretanto se convocaba la provisión de director del Cuerpo Nacional de Directores. Dicho Cuerpo fue disuelto en 1986, lo que fue aprovechado por Manzanera para consolidarlo sin oposición alguna, y sin titulación. Su único mérito era haber sido ayudante de D. Rafael Rosell en la entonces casi recién creada academia municipal de música. Acababa de ser padre, tenía contrato de media jornada y D. Rafael creyó oportuno que se le ampliara a jornada completa dada su precariedad económica.
Con la disolución de la banda, pasa Manzanera a ocupar el puesto que actualmente desempeña en el ayuntamiento lorquino: «Técnico en música», cuya misión era, entonces, la dirección de la Banda Municipal [hoy sabemos que no es así, sino que su trabajo es la «coordinación» entre la concejalía para la que trabaja y la Asociación Taller de Música, o Albéniz Musical, en su momento] así como todo lo relacionado con ayudas y subvenciones (entre otras) a las diferentes agrupaciones, corales y asociaciones musicales de la localidad.
En palabras de la página web de la Concejalía de Cultura y Patrimonio Histórico: «Este área (sic) aglutina la responsabilidad en materia cultural de Lorca, y ahora son muchas las vías y propuestas de las que el ciudadano puede beneficiarse, y que han ido creándose o afianzando a lo largo de los años: el Teatro Guerra, la Universidad Popular, el Museo Arqueológico, la Banda Municipal de Música, el Archivo Municipal, la Escuela de Música, el Taller Municipal de Artes Plásticas, el Centro Cultural de la Ciudad, el Huerto Ruano, amén de otras actividades, conforman un amplio y atractivo abanico, para empaparse en la red, y al servicio de la ciudadanía de Lorca.»
Antonio Manzanera, desde su puesto de «técnico en música», decide quién recibe subvenciones, a quién autoriza el uso de locales municipales para su utilización en tan nobles fines, o cuándo firma la autorización de cobro de los músicos que actúan bajo su batuta y bajo sus subvenciones.
La incompatibilidad
Pues bien, ya tenemos claro que Antonio Manzanera, entre otros, decide quién recibe subvenciones. Y también tenemos claro que la Ley 53/1984, de 26 de diciembre, de Incompatibilidades del personal al servicio de las Administraciones Públicas PROHÍBE que Antonio Manzanera dirija la banda de la Asociación Cultural Taller de Música, que es la que desde su creación en el año 2000 hace las funciones que antes hacía la vieja Banda Municipal de Música, muerta y enterrada por Antonio Manzanera.
Antonio Manzanera viene regando de subvenciones a la que él denomina «Banda Municipal de Música», que es en realidad una banda formada por una serie de músicos, carentes de contrato de trabajo, «dirigida» por Antonio Manzanera López con el beneplácito de su superior, Santos Campoy, quien en un informe vergonzoso y cuasi delictivo, afirma sin rubor que la única organización musical que puede hacer las veces de Banda Municpal es la de la «Asociación Cultural Taller de Música». Lo dijo Blas, punto final, que afirma el refranero siempre tan sabio.
VEINTITRÉS AÑOS DE ILEGALIDAD. VEINTITRÉS AÑOS DE INCOMPATIBILIDAD PERTIMITIDA Y PREMIADA con el ascenso al nivel A2 al que asesinó sin piedad a la verdadera Banda Municipal. VEINTITRÉS AÑOS AUTO OTORGÁNDOSE, con el beneplácito de sus superiores y de los servicios jurídicos municipales, cuantas subvenciones ha considerado.
Antonio Manzanera ha cumplido la edad de jubilación, y en lugar de pegarle una patada en el culo, lo vuelven a premiar con una prórroga que nadie entiende. Algunos sabemos que la prórroga le permite no sólo [casi] cobrar más que el alcalde sino que le permitirá cobrar una pensión muy superior a la que tendría de haberse jubilado con el nivel C1. Con el actual nivel A2 necesita cotizar algún tiempo más para que le quede la pensión máxima, mientras los músicos de la «unica banda que puede ejercer las funciones de banda municipal», en palabras del jefe del servicio de Cultura, NUNCA FUERON DADOS DE ALTA EN SEGURIDAD SOCIAL A PESAR DEL ACUERDO UNÁNIME DEL PLENO, a finales de 2017.
Alguna explicación tendrá que dar Antonio Manzanera (a quien no conozco, ni ganas), su jefe inmediato y los sucesivos alcaldes que han conocido y consentido todas las ilegalidades que, aquí, en este semanario, denuncio públicamente y que voy a aportar, como no podía ser de otra manera, a la denuncia que presentaré ante la Fiscalía y que no llegará a ninguna parte porque la presento yo. Eso de «tienes razón, pero te condeno». No sería la primera vez, ¿verdad, Paca?
Es la Lorca profunda, la Lorca de la Coral Bartolomé Pérez Casas que, casualidades de la vida, también «dirige» Antonio Manzanera y a la que Antonio Manzanera también riega con subvenciones desde su puesto de «técnico en música». Y a vivir, que son dos días.
Otro día, más y mejor.
FRANCISCO J. ÁLVAREZ-FAJARDO, escribidor